domingo, 19 de mayo de 2019

agítese bien antes de usar




      ---No pensé que vendrías--, me dijo Delia. 
      La encontré preparando café para los asistentes, en un pequeño office que tenía el velatorio.  Cuando la chica que la ayudaba se fue llevando la bandeja con los pocillos quedamos a solas. Ella desvió el beso del pésame que le estaba dando en la mejilla a su boca. Le hice un gesto de que tuviésemos cuidado de que nos vieran pero un movimiento de fastidio de su mano me hizo entender que no le importaba. 
    ---¿Cuándo fue?-- le dije, con la intención de acercarme al cuerpo, que estaba al otro extremo de la sala pero Delia me retuvo del brazo para que no fuera.  En realidad no quería ver nada, en absoluto. Solo había asistido porque deseaba reencontrarme con  ella. Había logrado exorcizar las pesadillas que me provocaba esa mujer. Allí yacía ahora, incapaz de hacernos nada, ni a mí ni a su hija. Pero una fuerza extraña me tironeaba para soltarme de la mano de Delia y me obligaba a acercarme al ataúd para  mirar el cuerpo de Berta. 
    Y mis ojos se posaron en el óvalo de color terroso que asomaba entre los tules, que se movían un poco por los ventiladores.  Ese cuerpo parecía que aún se movía. Apenas pude reconocer a Berta: la nariz se veía como si estuviera erosionada y las fosas nasales estaban agrandadas. Pero la mueca de odio que le tensaba los labios y entrecortaba el aliento del que la contemplaba seguía ahí como siempre. Sentí como un pánico, como el impulso de huir corriendo de ahí antes de que las cavidades hundidas de esos ojos que ahora miraban hacía las profundidades negras de la nada de pronto se abrieran para clavarse en mí.
    Delia y yo abandonamos el velatorio y a los otros parientes tratando de que nadie lo advirtiera. Nos fuimos a su antigua casa, donde pasábamos el tiempo juntos cuando salíamos.  Me habló de cuánto había pensado en mí y me dijo sin rodeos que deseaba que la hiciera mía una vez más. Cada uno estaba casado pero esa noche tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con el pasado. Por mucho que intenté recapturar las mismas sensaciones,  sin embargo,  ya no sentí lo mismo 

pero pensé que podrías asomarte a esto que es como una ventana. Es decir, interrumpamos eso. Tal vez esto sea más interesante. No sé. Si no lo es, bueno al menos podría dije ventana porque es una manera de no no no releas, esto es así, no hay errores de edición ni de revisión. Porque sí.  Si querés simplemente seguí leyendo. Porque cuando te acercás a una ventana para asomarte y mirar, no te ponés a razonar sobre para qué sirve una ventana. Te asomás o mirás a través y listo nunca se te ocurrió pensar que todo lo que creés y lo que forma parte de tus conocimientos, tus valores, tu identidad en buena parte no viene de tu mente, como toda persona predecible, lo único que se te puede atribuir es que elegiste de un menú, un menú que ya está programando, como cuando ponés Netflix,  para que sea apropiado por vos, para que digas “esto forma parte de mí, conforma mi identidad y por tanto es parte de mi vida”. Te tengo noticias, es pura basura, sí, todo eso que pensás que forma parte de la realidad, y los valores que le asignaste a cada una de esas cosas de da por resultado algo que no es más que pura basura. Basura. Basura. Ba-su-ra. Todo, realmente. Sí, sí, sé como usar la puntuación. Es solo que estoy cansado. Insisto, tus elecciones, preferencias, aquello que adoptaste, de lo que estoy seguro no son más que accesorios. Así como la ropa que te comprás, el auto que manejás, el celular al que estás pegado todo el tiempo. ¡El vocabulario que usás y que creés que es típico en vos! Me pregunto si algún día te vas a dar cuenta. “Este soy yo: un tipo muy seguro de sí mismo, que tiene un carácter acorde que me aseguro de emplear para crear cierta impresión a los demás sobre frente a quién están”. J aja j aja. ¡Vamos, por favor! ¿Por cuánto tiempo más vas a seguir con esa ridiculez soberana? ¡Como si pudieras predecir o dar por entendido/hecho el efecto que podés lograr sobre los demás! Te engañas miserablemente: no me cabe duda de que con las personas promedio podrá funcionar tu “aquí estoy yo”, pero hasta la persona de la que menos sospeches (porque vivís de las apariencias) se da cuenta de lejos que no sos más que un híbrido, un producto de la cultura multimedia, todas esas películas taquilleras, tan famosas, esas que te marcaron tanto. ¡De Hollywood, casi en su totalidad! ¿A eso llamás tener personalidad? Y encima (no me estás viendo pero me estoy cagando de la risa) estás convencido de que la tuya es avasallante. Y te pensás que no puede ser de otra manera. ¿Por qué? Porque confiás en la lectura de las reacciones de los demás alrededor. Es así como te engañás. Pero imagino que no se escapa a tu sentido común que ese “aldededor” consiste en relaciones circunstanciales, en entramados de intereses, reacciones frente a falsas apariencias, y lo que es interesante,  en gente que entra deliberadamente en el juego, sin que importe en qué consiste. Y si creés que otros no se dan cuenta de quién sos en realidad, de que estás actuando pésimamente un papel malo de una obra de teatro mediocre y llena de clichés que escribieron para vos, bueno que los disfrutes. Que lo disfrutes. Desde acá escucho tu mecanismo de defensa, está haciendo un ruido como una CPU cuando hay un problema        cada generación que viene es más perversa y más fácilmente adoctrinable. No sé si prestaron atención, en todos lados todos están enfrascados en las pantallas de sus teléfonos celulares, todos, todos. Hasta el chofer que maneja el colectivo un grupo de amigos en algún lugar tomando algo. No los vas a ver conversando entre ellos,  cada cual está mirando su celular. Los policías la calle el día que tengan que operar a alguno de ustedes obliguen a los cirujanos a dejar de romper las ¿estás ahí todavía? Muy bien, no te necesimanos. Andá a ver eso, andá a mirar cómo un grupo de inútiles y parásitos ganan millones haciendo algo tan estúpido cuando mucha gente se caga de hambre porque no encuentra un trabajo, y cuando lo encuentra ¡que insulto los dos mangos que cobran por supongo  cuenta de que esos una más allá y  una manera conveniente de relacionarte con los demás. No me critiques, dije que estoy cansado. Porque...pensá un poco, no te lo voy a decir. Ahora mismo, ahí en esa pantalla, ahí los veo. Vienen las publicidades que hay en ese mundillo, están para que hagas algo de eso que vos pensás que poseés. ¡Por Dios qué patético! Eso sumado a todas las preocupaciones la ironía o paradoja es que cuando más acceso tenés a la información, más fácil es que te engañen. Es algo difícil de manejar. Demasiada información. ¿Cómo discernir la fuente y la verdadera intencionalidad entre semejante tsumani de información? Me vas a decir que no te interpretar superficial. Usá esa inteligencia de la que te vanagloriás  si es que realmente la tenés. No todo lo que brilla es oro, y como dije más arriba, por tus palabras vas a ser juzgado y la boca habla de lo que abunda en el corazón.      control,                pero          desenlace, un final.                 inservibles-llena-vacíos, tal vez puedas siquiera. No, nunca ví esa película, me contaron de que se trata, la idea me parece buena, pero no, nunca la vi. Lo irónico es que cosas suelen presentarse pero para muchos es mejor (más conveniente) seguir con una actitud de inercia, por culpa de esa gran estupidez que se entiende como normalidad. No gastaría un átomo de energía para ser normal. Simplemente porque el mundo está lleno de normales. Bien, abrí bien los ojos y mirá bien a tu alrededor. Ya lo escuchaste antes. No necesito de mucha habilidad para parecer alguien normal, pero como la mierda no me gusta, que no extrañe que no me va a salir mal dijeron y como todo individuo del montón me reí. 

Y te pensás que no puede ser de otra manera. ¿Por qué? Porque confiás en la lectura de las reacciones de los demás alrededor. Así es como te engañás. Pero imagino que no se escapa a tu sentido común que ese “aldededor” consiste en relaciones circunstanciales, en entramados de intereses, reacciones frente a falsas apariencias, y lo que es interesante
 No, tengo que ser justo, no me reí, me llamó la atención como a la mayoría y me causó extrañeza. Dije me reí porque no niego que el rebaño te contagia te obliga a que vayas con ellos. Donde te apartás un poquito, ya se empiezan a poner nerviosos, estás amenazando el sentido de supervivencia que respiran. Qué tendrán de divertido esos memes,    Cuando la chica llevó la bandeja con pocillos, quedé a solas con Delia, ella desvió el beso del pésame que le estaba dando en la mejilla a su boca. Le hice un gesto de que tuviésemos cuidado de que nos vieran pero ella me respondió con otro gesto con un dejo de fastidio porque no le importaba. 
. Por eso cuando lo escuché por primera vez no me pareció descabellado, realmente. Control, control, control, si se te ocurrió pensar en los psicólogos o en los psiquiatras, ellos son los primeros igual que esos inservibles que siguen en esa pantalla, ubicuos, van a ser durante un cierto tiempo más, los necesitan para la obra que escribieron para vos. Lo que podrías hacer en todo caso es ver si al menos podés mejorar tu ción. No es tan malo como par ahí tenés a los verdaderos inútiles, despertá de una buena vez, mi patético tít

Más tarde, y estando solo en mi casa, soñé que pasaba la noche envuelto en unas mantas mugrientas acurrucado en un recoveco de una calle sucia en el  microcentro y que las ratas correteaban alrededor. Sentí que alguien acostado detrás de mí de pronto me rodeaba con sus brazos de vísceras crudas. “¡Por fin te encontré!” me susurró con una voz enojada. “¡Delia!”, le dije al darme vuelta.  La nariz se le cayó como si esa cara fuese de arcilla, y le quedaron dos hoyos espantosos en ese ovalo de color terroso. Y aquella boca que había besado tantas veces ahora no era sino un protuberante tajo que se retorcía en una sonrisa de morbosa satisfacción.




.