domingo, 19 de junio de 2022

20-20 Y DESPUÉS (Capítulo 4)

    

Este relato es FICCIÓN


                                               


  


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18 de junio


Tengo que acostumbrarme al teclado virtual de esta tablet. 

¡Sí que hace frío esta mañana! Y además llueve, no mucho. Yo me jactaba de no tener un "estado de ánimo yo-yo", pero parece que lo tengo nomás. Eso es  un invento mío entre otros ante los que mi ex nunca reaccionaba con simpatía. Por cierto, hay una vieja canción de  Sui Generis (Charly García) que tira como una conclusión que no será muy profunda ni original pero que se aplica perfectamente al momento en que uno está metiéndose con alguien: ...y jamás volveré a fijarme / en la cara de los demás /esa careta idiota que tira y tira para atrás. Claro porque… los ojos color de mar paradisíaco, la piel rosa pálida y su fragancia, los primorosos cabellos luminosos (no pretendo dármelas de poeta, eh)... y todo otro rasgo fenotípico, en particular el que se aprecia con pasión eurocéntrica… ¿Qué puedo decir a continuación sin correr el riesgo de cometer discriminación inversa? Por causa del enamoramiento deslumbrado que tuve por mi ex en su momento, mejor no digo nada, porque nadie está exento de abrir la boca y echarlo todo a perder. Supongo que el ideal romántico de Pablo Penáguilas con Marianela queda confinado al mundo de la literatura. ¿Quién podrá escapar a la tendencia de juzgar según las apariencias de este mundo? 

Volviendo a la lluvia: cuando algo me está tirando para abajo y no estoy seguro de de qué se trata, suelo activar el análisis inteligente como el de un antivirus, y considero lo que encuentro. Sí, porque yo también adhiero a la combinación/incorporación de la tecnología a nuestro cuerpo, como dicen por ahí sobre las ventajas que ofrece el  transhumanismo. ¡Nah! Ni en pedo. El control estaría fuera de uno, en manos de otro… Uhmm… Después  cuento lo que me vino a la mente cuando al hacer zapping vi una escena de "La Pistola Desnuda" …

Uf, volviendo al estado del tiempo. Me está costando hacer que suba o regrese el discoalfajor del yo-yo, el hilo está flojo y me siento torpe. ¿Qué cosas están acallando mis canturreos reflejos? Veamos: Nuria, mi hija, no me contestó los wasap estos días, ni siquiera me mandó esos gifs de besitos y esas cosas que conocen los chicos. Debe andar estudiando mucho, espero, por las  pruebas que tendrá pronto  [pruebas=exámenes en Arg]. Claro, es lo más probable. Es una alumna muy aplicada en general, debe haber salido a la madre. Bueno, esta me pidió hace  poco que la ayude a comprarle una Play Station a Nuria por el cumpleaños, que es dentro de un mes. Cuando le contesté de la mejor forma posible que no me gustaría que esté mucho tiempo con “la play" porque podría bajarle las notas, la radiante y política sonrisa que mi ex empezó a adoptar desde hace algún tiempo se iba desvaneciendo con el paso de los segundos. Encima Nuria viene y me pregunta cómo estaba Paz, a quien conoce de cuando la traigo a casa. Fue suficiente para que mi ex abandonara la forma de hablar de nena que, por si alguien no entiende qué quiero decir, es una moda, una forma de ser extendida entre las mujeres jóvenes/adultas en este país, que es distinta, por ejemplo, de la manera de hablar de las mujeres españolas (quien pueda entender, que entienda). Ah, eso es otra cosa que mi ex y Paz tienen en común: la forma de hablar nena cuando se encuentran en estado de reposo. Y ahora que lo pienso, antes Paula no hablaba como nena... en fin.

A ver, qué otras cosas tengo para el plato del día lluvioso de la balanza. Ah, una serie de incidentes que no le conviene tener a un alumno que estudia en el sistema educativo estatal. En una materia literaria, el profesor se ofuscó un poco porque lo contradije en algo que él acotó acerca de la historia de Caín y Abel (ocurrió en el marco de la discusión de un texto de Jeffrey J. Cohen, Monster Culture). El profe no solo opinaba sino que estaba convencido de que Abel era el preferido de Dios. Yo no soy precisamente un tipo piadoso pero recuerdo haber visto esa historia en catecismo a los siete años de edad. Me acuerdo bien de que Dios le  preguntó a Caín por qué andaba enojado, y le aconsejó qué debía hacer para no estar así (parezco mi amigo Darío). Sin embargo Caín hizo lo que hizo y ¡déjenme de joder: si Abel hubiera sido el preferido, el de arriba no lo hubiera aconsejado al otro para su bien! Ahora, mis compañer@s de clase, cero muestra de interés. Me pregunto qué joven de la era digital pensará en Dios y no estoy esperando que sean unxs santurronxs. Tampoco intervinieron/opinaron/ o lo que sea cuando en la clase de otra materia, la profesora me hizo quedar mal delante de todxs diciendo que “¿vos no estarás pensando en esas cosas raras de los vendehumo?" Cosas raras para ella fue poner la lupa sobre el personaje de Grela Púmberga (¿adivinan a qué pequeña heroína catastrófica del pronóstico del tiempo me estoy refiriendo en clave), además de comentar sobre sus apasionadas denuncias ante el mundo acerca del … [sonido patinoso de cinta acelerada]... todo eléctrico o con energía solar. ¡Vamos! Ponen el grito en el cielo por la preservación del medio ambiente; sin embargo, la extracción de esa materia prima estratégica en particular contamina el ambiente más que los compañeros de oficina alrededor. Bueno, no quiero saltar al tema que quedó pendiente con Mirta, mi terapeuta. A todo esto —y haciendo eco a las cosas que dice Esteban, el único compañero de clase despierto—, me estoy refiriendo al aula, donde se supone que se forma a ciudadanos pensantes y libres: ¿dónde está la libertad de expresión, por qué la censura previa? ¿Dónde está la misión de la institución educativa de formar ciudadanos con espíritu crítico? ¿Por qué se favorece de hecho el pensamiento único? Y eso que no mencioné a otros profesores que con textos claramente ad-hoc que contienen, por ejemplo, los siguientes conceptos/objetivos: resiliencia, inteligencia artificial, post verdad, Internet de las Cosas (IoT), blockchains, que el empresario informático nerd devenido en profeta es un genio, que no solo los amigos de ahí abajo sino todo debe ser sostenible. Nos enseñan que el tren de la historia no se puede parar. A mis compañerit@s de clase, —ey, no puedo dejar de parafrasear a Esteban— que se quedan bien calladit@s porque se me hace que por delante solamente ven la zanahoria del éxito en el mundo, me gustaría preguntarles si no les interesaría saber quiénes se han apoderado de la locomotora del tren de la historia. ¿Cómo plantear estas cosas cuando es más emocionante cierto megaevento mundial que se está acercando, y con los comunicadores de los medios que tenemos?  Chu chuuuu  

Bueno, me criticarán como mi ex ay Eusebio ¿por qué sos así?, o tal vez les pasará como a mi vecina Paz, que se le activa el chip de bloqueo cuando salen estas cosas en nuestras conversaciones. Hmm, nuevamente ¡interesante!  Este tipo de bloqueo suele ocurrir también en todas partes/con otras personas.  No tengo que olvidar la pavada que vi en esa película, La Pistola Desnuda. Puede ser una de las cosas que me propuse investigar.

Me estaba riendo solo mientras recapitulaba lo que tiró el autoanálisis. ¡Ey!  Escribir para este diario es terapéutico de por sí y ¡da resultado! Dos mesas adelante la chica de una pareja (creo que es una chica) me enganchó sonriendo solo y puso caras. Ya está, la lluvia quedó derrotada.

Y si tuviéramos al sol sobre el parque de acá enfrente y pudiera dar mi clásica vueltita por los senderos todo estaría más que bien, inmejorable. ¡Me olvidé los cigarrillos, %#?)💥@ 💀(&👀!


Por si acaso, esto último no es lenguaje inclusivo.




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