Los presentadores del programa empiezan burlándose del tema que pretenden tratar, y hasta alguno de ellos se muestra sobrador hacia el entrevistado porque este no tiene chapa de científico. Pero a medida que avanza el programa, verán que en realidad los anfitriones del programa terminan con más indignación que con ganas de considerar los argumentos del invitado. Es la misma historia de siempre: los que no investigan y solo confían en la línea que se baja, se limitan a burlarse de lo que nunca llegan a conocer y que solo reproducen, porque es mejor y más fácil correr con la manada que jugárselas. Es algo que pasa en todos los ámbitos y grupos en la sociedad.
Estos conductores —y especialmente los mejor preparados que participaron en el programa— deberían ir a esos encuentros de los terraplanistas ignorantes y refutar a todos esos locos. Además se debería realizar un debate realmente científico, serio, para presentarlo a la consideración de la teleaudiencia, aportando todas las evidencias posibles sobre la mesa, no solamente los mismos versitos de siempre en clave de meme, o el cuentito de que Eratóstenes hace miles de años y bla bla bla.
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